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¿Cómo enseñarle sin regaños? Disciplina afectiva

La disciplina positiva, es un modelo educativo utilizado para entender el comportamiento de tu hijo/a y la forma de abordar su actitud, para que así puedas guiarle en su camino, siempre de forma positiva, afectiva, pero firme y respetuosa, tanto para el/ella como para ti.

El objetivo de esta educación, es que tu hijo/a entienda las normas que les aportarán seguridad; pero no se debe entender esta disciplina como una imposición de estas normas, sino como un medio por el cual tu hijo/a se desarrolle de manera sana y feliz, y como algo que les enseña el camino para ser responsable de sus actos y que entienda que toda acción tiene una consecuencia, favoreciendo la maduración de tu hijo/a, para que en el futuro sea responsable, autónomo y feliz.

La disciplina positiva, se basa en la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares, y dé herramientas a los padres para entender el comportamiento de sus hijos, incluso cuando no es adecuado, y reconducirlo con respeto, sin luchas de poder y siempre de manera positiva.

Es una disciplina que no incluye el control excesivo, ni la permisividad. Se basa en el respeto mutuo y la colaboración.

Jane Nelsen, en su libro “Cómo educar con firmeza y cariño”, establece cinco criterios que debemos tener en cuenta para una disciplina positiva:

  1. Es amable y firme al mismo tiempo

  2. Ayuda a los niños a sentirse importantes

  3. Es eficaz a largo plazo

  4. Enseña valiosas habilidades para la vida

  5. Ayuda a que los niños desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas

Algunas técnicas para poner en practica una disciplina positiva con tu hijo/a son las siguientes:

  • Celebra lo que te gusta, esta es una forma de reforzar las conductas que se quiere que repita

  • Establece rutinas, con esto evitarás conductas no deseadas, como por ejemplo que deje sus juguetes en el suelo cuando ya dejó de jugar

  • Mantén el control, ya que tu hijo/a entiende que le dedicas más tiempo cuando hace algo mal. No prestes atención cuando tu hijo/a se comporta de una manera inaceptable, en lugar de discutir con él/ella.

  • Pregunta en vez de ordenar, así te aseguras que tu hijo/a conoce la respuesta y le das la libertad de hacer las cosas o no ya que conoce la consecuencias de sus actos.

  • Avisa con antelación, antes de que acabe la actividad que está realizando, puedes ir diciéndole o recordándole que es lo que viene después para que no lo tome por sorpresa. Un ejemplo puede ser recordarle que después de jugar debe recoger sus juguetes.

  • Dale opciones de comportamiento, que elija el orden en el que quiere hacer las tareas que deben realizar, por ejemplo, ¿prefieres bañarte antes o después de cenar?.

Mamá y papá, recuerda que el ejemplo que tú le des es la mejor técnica de disciplina positiva. Nuestros niños imitan todas las conductas que les llaman la atención.