¿Hábito o rutina? Conoce sus diferencias
Una rutina es una secuencia de actividades que se repiten en el mismo orden, y que se adoptan como una costumbre, y que no representan algo difícil de hacer , es decir que se realizan de manera automática. Un ejemplo de rutina podría ser: despertarse por las mañanas, cepillarse los los dientes, bañarse, vestirse, desayunar e ir a la escuela.
Un hábito es lo que se aprende cuando adoptas la costumbre de realizar una misma actividad sin tanto esfuerzo, de forma automática esto significa que un hábito es el resultado de tener una rutina.
Las rutinas forjan el carácter de los niños, y favorecen el aprendizaje. Alguno de los beneficios que aportan las rutinas en los niños son:
Seguridad y confianza: los niños desean conocer qué paso sigue después, en qué momento va a realizar la actividad y quien lo va a acompañar. Esto les brinda seguridad al saber qué es lo que sigue.
Armonía en la familia: para mantener un ambiente de armonía en casa es necesario que cada integrante participe de una rutina de manera individual y colaborar con otras actividades en casa.
Refuerza sus valores y personalidad: al seguir una rutina ésta se convierte en hábito, y los niños al aprender a cumplir la responsabilidad que conlleva, incentivan su carácter y los lleva en un ritmo de vida organizado, así pueden ser sus relaciones con las otras personas.
¿Cuál es el momento perfecto para establecer rutinas?
Desde que los bebés nacen, se implementan rutinas y estos se van adaptando a las mismas. Establecer una rutina específica desde el primer mes de nacido es posible, ya que van aprendiendo sobre sus horas de baño, horas de sueño, y cosas más básicas como la hora de comer.
En los primeros años se deben implementar tareas fáciles y específicas, como ordenar los juguetes después de usarlos, llevar la ropa sucia a su lugar o lavarse los dientes antes de dormir.
Es importante que respetes cada etapa de tu pequeño/a para introducir rutinas sin agobiarlo y que pueda entender la importancia de cada una.